sábado, 23 de agosto de 2008

A LA LUZ DEL ROSTRO DE DIOS

A LA LUZ DE SU ROSTRO



Salmo 89: 15

Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro. En tu nombre se alegrará todo el día, y en tu justicia será enaltecido.
Juan 16: 24
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

¿Conoces la alegría? El gozo al que aquí se refieren no es como la alegría que conocemos. Ésta no es una emoción pasajera. Es un estado permanente, una calidad de vida basada en la eterna y segura relación del hijo de Dios con su Padre Celestial. Y nos promete Dios éste estado permanente, aún estando en tribulación, en persecución, en encarcelamiento, en pobreza, en pérdida de propiedades, y en pruebas severas.

Si quieres conocer éste tipo de alegría que de Dios procede, de paz en el corazón pese a tribulaciones, debes caminar con Dios. Como nos enseñan Noe, y Enoc. Estar caminando en Su voluntad, en Sus caminos. Ser como David: “un varón conforme al corazón de Dios”. David no fue perfecto, ni faltó pecado en su vida, pero siempre buscó el perdón divino, y prevaleció en su corazón el deseo de regresar siempre a los caminos del Señor, pidiendo su perdón cuando pecaba, arrepintiéndose profundamente, en forma tal que cambiaba su forma de vida para acercarse y agradar al Señor.

La persona que tal haga, la nación que así viva, conocerá la paz del corazón, que algún poeta describió como “la paz de una conciencia purgada”. El principio de este estado lo obtendrás aceptando al Señor Jesucristo como tu Señor y Salvador personal. Remítete a la página correspondiente de ésta colección para entregar tu vida al Señor.

Sufrienbdo para muerte

Siendo que la Biblia dice que nuestra ciudadanía está en el cielo, veamos la muerte como algo natural, como algo que deberá suceder a todo aquel nacido de mujer, y como algo no solo agradable, si es que fuimos rescatados por Cristo, sino incluso deseable

miércoles, 20 de agosto de 2008

SUFRIENDO PARA MUERTE

Salmo 6: 8-10
Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración.
Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; se volverán y serán avergonzados de repente.
Filipenses 1: 23
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;




¿Haz conocido un nivel tal de sufrimiento, que crees ya no poder resistir? ¿Sientes, acaso, que tu mismo corazón, negándose a seguir trabajando para alimentar tal miseria, dejará pronto de latir? ¿Piensas que estás viviendo la agonía que preludia a la muerte?

Pon prontamente tu confianza en Dios nuestro Señor. El quiere, en Su incomprensible Gracia, lo mejor para ti. Lee alguno de los temas sobre la Salvación, en ésta colección. Y, después de aceptarle, abandónate en Sus queridos brazos a Su sabia decisión.

El puede decidir darte otros años de vida, como hizo con el buen rey Josías. Si así fuere, pídele que lo que aprendiste en el lecho del sufrimiento, lo puedas usar para ayudar a otros.

O puede decidir llevarte con Él. En ese caso, confía en que te conducirá a Su presencia en jardines gloriosos. ¡Y canta!, como el Apóstol Pablo: ¡Porque para mí, el vivir es Cristo, y el morir es ganancia! (Filipenses 4: 21)